Las lágrimas

Las lágrimas, sean producto del llanto o de la risa, son la(os) fruta(os) de las emociones, por ello pueden ser amargas o dulces,
pasionales o insulsas,
indiferentes o motivadoras,
pero lo que nunca debemos hacer es reprimirlas, ni aún en el caso de las desaconsejadas autocompasivas que sólo esconden el deseo de sufrir.
Si nos encanta ver a una niña(o) reir porque cometemos la estupidez de negarles el necesario llanto.

Llora, ríe, vive.







Ser una misma. Ser feliz

"Eso que crees que eres tu, es solo una programación implantada en tu mente. Solo el silencio y la intención en la atención constante te llevaran a la libertad y el amor."

Nuestra conducta está determinada por fuerzas e instancias que escapan de nuestro control o incluso desconocemos, como nuestro inconsciente, la sociedad patriarcal, la familia y las características de nuestros padres, quedando muy poco espacio para la autonomía personal. Todas las escuelas de sabiduría nos hablan de la necesidad de conocernos a nosotras mismas, como paso indispensable en la búsqueda de la felicidad, que es ser una misma, ¿pero qué somos realmente, lo que pensamos, lo que siente nuestro corazón, nuestro dolor, nuestras alegrías, lo que surge cuando calmamos nuestra mente, lo que vivimos cuando dormimos, nuestros sueños, nuestras fantasías? Y si realmente no fuéramos ninguna de esas cosas y fuéramos todas a la vez, ¿cómo sería posible conocernos, cómo podemos ser nosotras mismas?
Como muy bien dice Jung el inconsciente colectivo es infinito y no podemos conocerlo por completo, al igual el conocimiento de una misma es una tarea ingente que requiere también de sentido común, el sentido común de dejar de luchar contra nosotras mismas y dejarnos ser una misma.
Podemos decir que para ser una misma es necesario:
Transcender tus propias creencias, entender que lo que piensas es heredado de tus padres, familia, sociedad y especie y adoptado por ti como si fueran verdades absolutas propias.
Reconocer cada una de tus partes, de tus infinitos yos, las que te gustan y las que te disgustan, las que crees que te son de utilidad y las que crees que te perjudican. Reconocer que eres cuerpo, mente y espíritu y ninguno de ellos puede preponderar sobre los demás.
Permitirte sentir, dejar de bloquear lo que sientas, de luchar contra tus sentimientos. Dejar de percibir el mundo, de interpretarlo conforme a nuestras creencias, para empezar a sentirlo como realmente es.
Este es un camino de autosinceridad que nos permitirá ser libres y amar, que es el secreto de la felicidad. Ser capaz de ser libre amando y amar en completa libertad es el auténtico estado compasivo de la felicidad del ser que brota de nuestro interior.






¿Qué es la felicidad?

La felicidad es un estado del Ser que no se puede construir ni provocar. Nace de la profunda convicción de abandonar los juicios y deseos, de solo fluir con la vida y sentir que todo está bien, que todo es hermoso y está lleno de significado.
Existe, por si misma, en nuestro interior y no deviene de nuestros méritos o logros en su búsqueda, sino de la profunda comprensión del Ser que entiende la Libertad y el Amor a través de la vivencia del Amor Propio.







¿Qué es la consciencia?

Acabo de leer el libro "Permiso para quejarse" del neurólogo Jordi Montero y en él he encontrado una reflexión sobre la consciencia que me gustaría compartir con vosotros. Aparte es un libro interesante para conocer el funcionamiento del cerebro, como órgano, las redes neuronales y sobre todo el dolor físico.

"De los centenares de estímulos sensoriales que llegan a nuestro cuerpo, nuestro cerebro sólo envía a nuestra consciencia aquellos que son necesarios para tomar decisiones, mientras que el resto permanece en los circuitos del inconsciente. Y para hacer esta selección necesita trabajar por adelantado. Junto a la clasificación de entradas y salidas, nuestro cerebro está previendo qué ocurrirá luego; es decir, está siempre alerta. La mayor parte de las funciones se producen automáticamente y lo que nosotros consideramos consciencia son, en realidad, breves momentos de clarividencia que usamos para tomar decisiones más o menos relevantes. El conjunto de estas decisiones, junto con algunas de las entradas y salidas seleccionadas, constituye un relato, una película, que es lo que nosotros tomamos por nuestra voluntad.
El talento ... de muchos neurocientíficos ... nos ha dejado claro que la parte consciente de nuestro cerebro es relativamente pequeña, y nuestro comportamiento menos racional de lo que quisiéramos admitir. Esto nos da una imagen inquietante de nosotros mismos ...
Debemos tener en cuenta también que la práctica totalidad de la función en las redes neuronales, en las memorias implícitas y explícitas, se desarrolla de forma automática... el sistema funciona por sí solo. Esto nos lleva a preguntarnos si existe lo que llamamos libre albedrío...
En el fondo la neurobiología actual está resucitando las ideas de Sigmund freud, ahora bien perfiladas y con base científica, y no genialmente especulativa."

En definitiva somos esclavas de nosotros mismas, comprender eso es abandonar la prisión del egoismo,  que es creer que lo que piensas es tu voluntad y no algo decidido por tu mente en base a tu experiencia histórica, que tus creencias como persona son propias y no aprendidas de la familia y la sociedad y que los demás ven la vida de la misma forma que tu y que esa forma de percibir la realidad e interpretarla es la correcta. Sólo abandonando esas creencias irracionales puedes empezar a experimentar la verdadera libertad (de ti misma) y el amor (propio).